Cuando se trata de conducir, existen muchos factores que intervienen a la hora de estar cómodo; entre estos se destaca la posición del asiento, una temperatura adecuada, ropa cómoda, una mente despierta y descansada y por supuesto, un calzado ligero, transpirable, con suela fina y tela flexible.
Si quieres asegurar tu seguridad y comodidad al momento de ir al volante, recuerda evitar usar ciertos zapatos.
Sandalias: Usar este calzado puede poner en riesgo tu seguridad, ya que con el calor y el sudor pueden llegar a ser muy resbaladizas, lo que claramente dificulta una posible acción imprevista con el freno.
Pie descalzo: Aunque conducir con los pies descalzos no se clasifica como un tipo de calzado, esta opción también puede ser muy peligrosa. Cuando vamos descalzos la base del pie es menor y menos homogénea que cuando llevamos zapatos, lo que puede ocasionar no pisar los pedales de la manera correcta. Además, también podemos lesionar los pies, al presionarlos con fuerza contra los pedales
Tacones: Parece ser que conducir con este tipo de zapatos puede ser tan riesgoso como hablar por celular; los tacones altos retrasan la velocidad en que el conductor lleva el pie del acelerador al pedal de frenado. Además, la forma de este calzado dificulta el control del pedal y el desplazamiento lateral de los pies.
Botas de Seguridad: Este tipo de calzado tampoco esta diseñado para ir al volante, ya que en muchos casos suele ser muy rígido, por lo que los movimientos del pie se pueden ver muy limitados, al igual que la sensibilidad del mismo con respecto al pedal.
Plataformas: Aunque este calzado puede ser más cómodo que los tacones, son iguales de peligrosos cuando se trata de conducir, de hecho, se estima que el tiempo de frenado se detiene en las 0,7 décimas, casi el doble que con un zapato plano, el cual está en un tiempo de 0,4 segundos.